¡Prohibido pisar el césped! o ¿el devenir de un cuerpo funcionario?

Foto Gustavo Poveda

Dentro de los caminos que recorre la danza contemporánea en la actualidad, sigue siendo un dispositivo de fabulación el acto del habla en la escena coreográfica. En ¡Prohibido pisar el césped!, Natalia Orozco y el equipo de creación de la compañía colombiana Tercero Excluido, se inventan una situacionalidad donde la palabra poética participa como un vector extrañante. No creo que sea este el centro comunicacional de la pieza, pero me resulta atendible en tanto la intervención de la oratoria se comporta como especie de transición, de desahogo, de recorte entre los cuadros que estructuran la propuesta, significando en la conducta de los personajes. En la escritura coreografía elegida por la agrupación, hay una mixtura de textualidades diversas, momentos de “danza pura” en conjunto, secuencias de gestos construidos por la consecución de frases cortantes, angulares en sus formas, focalización de planos, animación objetual escenográfica, etc.

Cuatro actantes dentro de un plano movimental concentrado alrededor de una mesa-baúl-reservorio-guarida-trampa accionan a partir de asociaciones temáticas posibles para el público, pero sin dudas, privativas de sus historias personales. Tal vez sea en este punto, donde yo le reclamaría a los creadores un intento por develar el estatus del acontecer, propiciándole al lector-espectador una proximidad más participativa y, quizás, propia. No obstante, hay en la escritura de ¡Prohibido pisar el césped! una complicidad evidente, pudieran ser ellos sujetos de una misma esencia o, tal vez, una esencia “comportamental” de un sujeto-cuerpo social real. Se sobrellevan los performers desde un cuerpo individual que deviene masa uniforme, unívoca, suerte de corporalidad adquirida por la norma, el canon, la regla; noción que les cuesta mucho subvertir.

Foto Gustavo Poveda

Conversando con Natalia Orozco, autora del pretexto inicial del proyecto de creación y directora de la pieza, advertí las implicancias referenciales que motivaron su proceso de investigación y escritura espectacular. Muchas de mis interrogantes encontraron asidero; juntos consideramos que la danza debe seguir siendo un desafío perpetuo del tiempo, del espacio, de la palabra, de la corporalidad y la imagen espacial de ella al inscribirse en la representación. Un cuerpo funcionario (léase mecanizado, autómata, resolutivo) le ha servido a Tercero Excluido como su posible respuesta ante la imposibilidad de una tercera alternativa. Estos “cuatro personajes arremetidos por la violencia del trabajo repetitivo, interrogan el control de los cuerpos sumergidos en el engranaje de la máquina burocrática”. Con Kafka, Miller y Melville, fuentes literarias motivadoras en ¡Prohibido pisar el césped!, corroboran la máxima de que un devenir mejor siempre será posible.

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