s o p l o d e p o l v o: A cuatro segundos del infinito o la aniquilación

Foto Nicolás Spath

Ignacio Escobar en la novela “Sin remedio” de Antonio Caballero describe el tiempo como un: Ejército de horas alineadas, pacientes, esperando su turno, horas que hay que matar una por una a medida que asoman la cabeza; que se ven venir una tras otra desde la curva gris del horizonte” . Mientras que Leonard en la película “Memento” de Chistopher Nolan dice: «¿Cómo quieres que cicatrice, si no noto el paso del tiempo?«

Ignacio quiere aniquilar el tiempo para hacer soportable su aburrida existencia, Leonard  lo quiere reconstruir para así poder sanar una pérdida. Dos concepciones temporales opuestas pero que detonan una reflexión  sobre la forma en que habitamos lo que denominamos el tiempo. Traigo estas dos citas porque me recuerdan el juego temporal que detona “s o p l o d e p o l v o”, evento en vivo que reúne el video y la danza, el cual se mueve ambivalentemente entre la pulsión de querer recuperar el tiempo pero también de aniquilarlo.

“s o p l o d e p o l v o” es el trabajo de grado en Artes Visuales de Diana Salcedo,[1] intervenido a través de la improvisación dancística por Aleksandra Rudnicka. Definirlo o describirlo es complejo ya que su naturaleza está inscrita en un constante proceso que se determina cada vez que se presenta, además huye de las etiquetas: puede ser una videoinstalación, un videoperformance, una videoescultura, (un,una) videodanza, una improvisación multimedia…todos estos y ninguno.

CAPTURANDO EL TIEMPO.

“…¡No noto el paso del tiempo!” nos reitera Leonard, y no lo nota porque lo olvida ¿cómo capturarlo entonces? Diana y Aleksandra en “s o p l o d e p o l v o” logran capturar ese tiempo-instante que fugazmente ocurre en la improvisación dancística a través de las cámaras de video, quienes envían esta señal a los computadores cuya programación la reproduce con cuatro segundos de retardo para luego ser proyectada a través de los videobeams produciendo un circuito cerrado, con un efecto de retardo o delay y retroalimentado infinitamente sobre cuatro superficies que conforman un cubo. Este espacio es habitado por Aleksandra, quien a través del movimiento hace visible el funcionamiento del dispositivo tecnológico pero a la vez lo hace maleable y juguetón. Como espectadores vemos muchas Aleksandras, una que habita el espacio físico y otras tantas que habitan el espacio videográfico, y la charla de estos múltiples espacios habitados-danzados producen varias capas de tiempo.

Aleksandra habita este espacio cúbico con una técnica de improvisación que es también cúbica, la creada por Rudolf Laban, cubo con cubo dialogan pero poco a poco se deforman y crean a la vez un circuito temporal que no es lineal, observando la imagen creada en el pasado sin dejar de vivir el presente, en un continuo e infinito espejo temporal, paradójico y rizomático.

En tiempos en donde la transmisión en vivo y en directo ya no nos sorprende, en donde hemos visto hasta una guerra en vivo como la del Golfo Pérsico (o por lo menos eso nos hacen creer) y frecuentemente la televisión en diferido nos hace espectadores de eventos pasados, es grato encontrar cómo “s o p l o d e p o l v o” crea un espacio sensitivo en donde se puede experimentar que el tiempo y la imagen son manipulables y que esa manipulación tecnológica tiene la posibilidad de crear poéticas y no solo mentiras desinformativas de guerra o intereses políticos.

ANIQUILANDO EL TIEMPO.

Mientras tanto Ignacio continúa diciendo a gritos: “…horas que hay que matar una por una a medida que asoman la cabeza…” y “s o p l o d e p o l v o” se encarga de esta masacre horaria, convirtiéndose seductoramente en una paradoja temporal: el tiempo es capturado, manipulado y reproducido, pero finalmente no queda ni una huella de él, una vez se apagan los videobeams y los computadores, se desmontan las pantallas, se desconectan los cables y se apagan las luces no hay un rastro de lo que sucedió, es decir, el tiempo se capturó pero luego se aniquiló. Un masacre silente, de esas que abundan por ahí.

Esta masacre sucede desgraciadamente (¿o agraciadamente?) porque no hay ningún dispositivo de almacenaje, las cámaras no graban en algún soporte, solo mandan una señal al computador quien tampoco la almacena, la coreografía, a pesar de tener unas pautas estructuradas de improvisación, nunca será la misma y de este mismo modo el punto de vista del espectador siempre variará pues no hay un único frente definido. Es una captura efímera, un cruce territorial (cuerpo, video, espacio)  que solo existe gracias a su interrelación, pero que una vez es abandonada: desaparece.

¿A QUÉ SUENA EL TIEMPO?

En “s o p l o d e p o l v o” el tiempo suena a cuerpo. Aleksandra amplifica su respiración a través de un micrófono de solapa, entre respiración y respiración: ¿el silencio?  No, suena el latido de por lo menos nuestro corazón quien siempre nos recuerda que no hay silencio absoluto, como bien lo supo expresar el músico Jhon Cage. Vemos entonces una imagen videográfica creada hace unos segundos pero yuxtapuesta al sonido amplificado en tiempo real. Así el tiempo es capturado y aniquilado con una sonoridad que se encuentra frente a nuestros oídos.

¿Infinito o aniquilación? Leonard e Ignacio solo tienen cuatro segundos para decidirlo.

A continuación los dejo con el registro de algunos fragmentos de la obra:

http://vimeo.com/11066300


[1] Pontificia Universidad Javeriana. Sede Bogotá. Carrera de artes visuales. Trabajo de grado asesorado por Andrés García La Rota. “s o p l o d e p o l v o” ha sido presentado en el teatro R101 y Varasanta.

3 comentarios en “s o p l o d e p o l v o: A cuatro segundos del infinito o la aniquilación”

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