XII Festival Danza en la Ciudad
Obra: I dance because I do not trust words
Coreógrafa: Kaori Ito
País: Suiza – Japón
Fecha de función: 6 de noviembre
Teatro: Gilberto Alzate Avendaño
Esta puesta en escena puede definirse en unas cuantas palabras, simples pero importantes: honestidad, desnudez, juego. Dos personajes, el escenario ocupado por un par de sillas y una escultura alta y voluminosa, un bombardeo de preguntas que se mueven entre lo trascendental y lo banal, entre lo sublime y lo cotidiano; preguntas que exploran el mundo interior, que se refieren a la identidad, a la cultura, a las distancias geográficas y emocionales, a lo prosaico de la existencia, el trabajo, el aburrimiento, el cansancio, la muerte. ¿Sirven las palabras realmente para comunicarse? ¿Hablar mucho, preguntar mucho, saber mucho me permite conocerte o conocerme mejor? ¿Las palabras nos acercan o ensanchan el abismo que hay entre nosotros? Mientras llegan las respuestas, mejor reír, jugar, bailar y, por qué no, cantar, cantar canciones populares, tradicionales, antiguas. Y de pronto, otra pregunta ¿será tal vez que entre nosotros se cierne la imposibilidad de conocernos? ¿Qué quiere decir “conocerse”? La contagiosa necesidad de preguntar es más fuerte que el deseo de recibir respuestas.
I dance because I do not trust words de la coreógrafa Kaori ito, narra el encuentro entre una hija y su padre, en el que el lenguaje hablado y el de la danza se conjugan, se tejen para dar cuenta de lo relativo de las distancias y del limitado alcance de las palabras. El encuentro de los cuerpos, pleno de honestidad, fútil y profundo, cargado de silencios y de cantos inunda el escenario y le da vida a emociones que oscilan, se esconden y se abalanzan repentinamente sobre los espectadores. Debajo, quizás al lado de lo importante está lo nimio, se complementan, completan el cuadro, o mejor, la escultura que son las relaciones, nosotros mismos, las preguntas que nos acosan, las respuestas que importan demasiado o no importan.
¿Qué clase de lazos son los lazos familiares?, las relaciones familiares suelen ser complejas, difíciles, tensas, cercanas y distantes al mismo tiempo; estos lazos plantean una proximidad relativa, un acto de conocimiento vago y profundo, cada uno en su esfera, viviendo su vida, yendo hacia distintas direcciones. Somos seres pensantes, parlantes, danzantes, entre nosotros se producen encuentros y desencuentros, nos reímos juntos, nos ofendemos, jugamos, nos preguntamos, preguntamos… callamos.
Este trabajo traspasa las fronteras culturales y nos permite encontrarnos con lo propiamente humano, con eso que es común a todos nosotros como especie, lo profundo, lo íntimo, la risa y la rabia, lo cambiante y lo inmutable. Esta puesta en escena ve a los ojos al espectador, le habla y lo confronta con su propia interioridad.
Las palabras se desvanecen, la luz baja, la oscuridad se adueña del espacio, se acaba.