X ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ARTES VIVAS – MAESTRÍA INTERDISCIPLINAR EN TEATRO Y ARTES VIVAS – FACULTAD DE ARTES UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA / Gesto: La vertiente / Artista: Lina María de los Ángeles Caro Carrillo / Directora de trabajo de grado: Sofía Mejía / Sonido: Nelson Vanegas y Lina María de los Ángeles Caro Carrillo / Vestuario: Yesmín Carrillo y Lina María de los Ángeles Caro Carrillo / Logística: Diana Carrillo, Nelson Andrés Vanegas, Melissa Gonzales, Andrea Gamboa, Sara Idarraga, Juana del Mar Jiménez, Felipe León.
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Desde hace un tiempo ha frecuentado mi mente la idea del arte de vivir; la acción de percibir como una experiencia artística y filosófica, el transitar un espacio, observar y reflexionar sobre la vida, como los antiguos peripatéticos. La vertiente es una oportunidad para reunirse con este pensamiento.
El encuentro inició en el Humedal de la 53, en la Universidad Nacional. Al llegar allí, Lina nos recibió leyendo una carta que escribió para sí misma el 12 de junio de 2022, mientras nos compartía una bebida extraída de plantas locales en pequeños pocillos de cerámica que tenían diseño de flores de colores. (…) Quiero abrigar en mi cuerpo una serie de prácticas para las que aún no reúno los ingredientes. Una vez reunidos he de lavarlos, (…) y una vez cocidos he de ingerirlos… leía la artista, y continuaba: que sigan su curso por el esófago, y que en mi estómago, sus jugos sean asimilados, integrándose a mi cuerpo (…) La confianza será mi alimento. La acción de ingerir y compartir en grupo la bebida, mientras ella describía este proceso biológico, me llevó a reflexionar sobre el cuerpo como un lugar que transforma y sintetiza la experiencia sensorial orgánicamente, y sobre lo poético de ese momento de unión entre los fluidos externos (como el extracto de las plantas) y los internos; el alimento como un proceso alquímico en que el cuerpo transmuta la energía y la materia, y la convierte en nuestros pensamientos y procesos vitales. Aquí estábamos ingiriendo la confianza, como un espíritu personificado que entraba en nuestro cuerpo para conectarnos con la historia personal de Lina.
Lina es artista plástica de la Universidad Nacional, y usualmente trabaja con piezas escultóricas a partir de materiales orgánicos. Una escultura es un objeto sobre el que los artistas tienen el total control, pueden decidir trasladarlo de un lugar a otro, y construyen una relación de dominio sobre él, ya que este les pertenece. Desarrollar La vertiente significó para ella encontrar nuevos modos de relacionamiento. En el espacio elegido, el arte sucede al momento en que lo transitamos, lo escuchamos y nos adaptamos a él.
En algún punto de su vida, según ella comenta, la artista se encontraba en un cruce de incertidumbre frente a los modos de vivir y asumir sus emociones bajo imperativos de los que se sentía coaccionada. Esta creación tuvo un proceso de dos años de duración y trata sobre esos caminos alternativos que se pueden elegir en nuestro camino vital, y por esto lleva como título La vertiente.
La pieza contiene imágenes y momentos que se quedan en la memoria. Uno de ellos es la acción de Lina de trenzar el pasto mientras nos contaba historias de grillos, ranas, babosas, orugas, arañas, colibríes y alcaravanes. Con sus dedos tomaba cuidadosamente pastos largos y creaba una trenza con ellos sin despegarlos del suelo, con la confianza con la que se trenzan el cabello las madres y sus hijas. La confianza que ingerimos al inicio de la obra.
Lina iba narrando todos los fenómenos de la vida oculta de los insectos y los pájaros, con sus retos y luchas por sobrevivir, reproducirse y alimentarse. De repente sus labios ya no se movían pero seguía sonando su voz, en susurros que provenían de lugares distintos. Pequeños parlantes camuflados entre la hierba reproducían grabaciones con la voz de Lina y sus descripciones poéticas, y se volvían parte del paisaje sonoro: Los zancudos se dispersan y vuelven a sus tallos. Entre las sosegadas espigas que observan pacientemente. Un pequeño revoltoso sale eyectado y viene a estrellarse contra la espiga madura más frondosa. En su rebote ipso facto tiene polvillo traslúcido, casi humo de azúcar pulverizado, pero muy fresco. Dibuja espirales evanescentes hasta desaparecer.
Al finalizar, quedaba una trenza de pasto con un agujero de gusano que algunos asistentes atravesaban despacio, como orugándose entre las hierbas y convirtiéndose en uno. El escuchar las historias de los seres que habitan la zona como personajes, con historias de lucha, amor, perseverancia, generaba toda una narrativa alrededor de estos pequeños animales. La vertiente es una invitación a reconocer espacios vulnerables, donde es vital transitar desde el amor y el cuidado. Al frecuentar estos lugares se hacen visibles las dinámicas y relaciones que suceden allí y que usualmente pasan desapercibidas ante la mirada externa, y es posible encontrar verdad mediante la observación de la naturaleza.
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