Pop ender

FESTIVAL CORTOSCINÉTICOS / Obra: Pop ender / Colectivo: The Mov Lab / Laboratorio de entrenamiento: Power the mov / Dirección: Sofía Duarte / Asistencia de dirección: Mariana Velilla / Asistencia de coreografía: Juliana Avellaneda / Interpretación: Mariana Velilla, Juliana Avellaneda, María Alejandra Cárdenas / Producción de campo: Martín Sarria / Dirección audiovisual: Karen Daza / Asistencia de producción: Alejandro Guzmán.

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La temporada de estreno tuvo lugar en el Centro Cultural Estación de la Sabana de Bogotá, los días 8 y 9 de julio de 2023. La fuente primaria de la coreografía fue la película I shot Andy Warhol, de Mary Harron. De esta surgieron los motivos, el tema, el contexto y el discurso de la pieza escénica. En medio de la proliferación de imágenes y movimientos, como eje, quizás, se mantuvo la presencia inquietante de Valerie Solanas, personaje central de la película: la deconstrucción de los estereotipos femeninos y la lucha constante frente a las exigencias de modelos estéticos prefabricados, la búsqueda de la identidad y la angustia de no encajar en ningún paradigma. El resultado de todo este proceso (que tiene también una variación audiovisual) ha sido nombrado Pop ender. La dirección ha estado a cargo de Sofía Duarte; en escena estuvieron Mariana Velilla, Juliana Avellaneda y María Alejandra Cárdenas. En esta ocasión, hemos conversado con dos de las creadoras. Nos han develado la ruta de su trabajo, sus intenciones y sus hallazgos.


Rodrigo Estrada: Ustedes acaban de presentar una obra en el Festival Cortoscinéticos llamada Pop ender. ¿Cuál fue el origen de este proyecto?

Sofía Duarte: La pieza nace con la convocatoria que hace Cortoscinéticos. Teníamos la intención de empezar a crear desde Power the mov, pero esta idea narrativa surge con la convocatoria. Es decir, nosotras vemos la película [I shot Andy Warhol], extraemos la idea que nos interesa y ahí nace. Pero ya había una investigación previa de movimiento. Ya traíamos la intención de hablar de la estética del cuerpo, las ideas que se tienen sobre este, sobre los cuerpos fuertes o los cuerpos delgados, etc.

Rodrigo: ¿Qué es Power the mov?

Sofía: Power the mov es un laboratorio que se creó hace más o menos tres años; es un espacio de entrenamiento, inicialmente para artistas, pero hoy en día cualquier persona puede participar de este. Lo que ha sucedido en estos tres años es que se ha ido creando un lenguaje de movimiento y unas particularidades en el cuerpo de las personas que entrenan con nosotras. Quienes estamos a cargo somos artistas escénicas, la mayoría egresadas de la Javeriana. Y teníamos ya la intención de empezar un proceso de creación justo cuando llegó la convocatoria de Cortoscinéticos. Esta ha sido la primera oportunidad de crear una pieza artística.

Rodrigo: ¿Cómo llegaron a la película con la que trabajaron?

Sofía: La pauta de la convocatoria era que fuéramos mujeres quienes creáramos las piezas que hubo en el Festival [en las jornadas de la Estación de La Sabana], y que las películas de referencia también fueran dirigidas por mujeres. Esto cerraba entonces el espectro. Ahí empezó nuestra búsqueda.

Rodrigo: ¿Y qué tomaron entonces de este referente para crear la pieza?

Sofía: La primera idea que me llegó cuando vi la película… El personaje, Valery Solanas, es una feminista radical, con un carácter muy fuerte. Y me dirás si tienes esa misma percepción: que es un personaje demasiado estigmatizado, encasillado en un prototipo de mujer, que por ser feminista ha de ser lesbiana, y por ser lesbiana es machorra. Entonces, la pieza nace del impacto que me genera este personaje. De ahí también nació la necesidad de investigar el contexto de esa época, de lo que estaba surgiendo en ese momento: la lucha feminista moderna, la concepción que se estaba creando del cuerpo, la resistencia frente a los concursos de belleza de las mujeres. Había un estereotipo del cuerpo muy marcado, el de la mujer perfecta, con parámetros muy difíciles de alcanzar, y surgió esta resistencia. Cuando le conté la idea al resto del equipo nos dimos cuenta de que era algo que coincidía con el trabajo de Power the mov. Pensamos, somos mujeres con cuerpos muy fuertes, que no encajan en ciertos estereotipos, y nosotras estamos hablando de la libertad y la diversidad del cuerpo, de que todos somos diferentes… Allí encontramos esa confluencia.

Rodrigo: En todo caso, vi que los cuerpos que iban construyendo se movían entre una forma y otra, entre maneras sofisticadas y presencias más atléticas o ‘burdas’. ¿Cómo fue para vos, Mariana, trabajar estos tránsitos?  

Mariana Velilla: En la pieza, en principio, Juli hace la representación de la protagonista de la película, yo muestro un poco el ideal de esa belleza más ‘posuda’, en donde está presente la idea de la ‘muñeca’, y Mariale representa el cuerpo que rompe completamente con lo femenino, es un cuerpo ‘machorro’, más fuerte. Después, de alguna manera, las tres vamos transitando entre esas tres posibilidades. En la pelea que tenemos Mariale y yo, quizás nos encontramos dentro de la imposibilidad de salir de nuestro estereotipo. Luego hay una empatía con Juli, y terminamos las tres siendo Valerie Solanas, o más bien lo que extrajimos de ese personaje, la imposibilidad de encajar, de ser aceptada. Creo que la pieza, entonces, tiene la potencia de que vamos transitando entre esas posibilidades, entre los modelos socialmente aceptados y los que están mal vistos. Vamos rompiendo cada uno de esos modelos, los habitamos y a la vez los deconstruimos. Estoy primero en una mujer muy sensual, muy femenina, con el labial, y luego mi cuerpo va a otra cosa. Se abre entonces la pregunta sobre la construcción de cualquier estereotipo, que no se sostiene por sí mismo, porque los cuerpos siempre van a estar en transición.

Rodrigo: Entiendo entonces que habría una reivindicación de las diversas posibilidades de la feminidad, y una crítica a la discriminación de esas formas… Por otro lado, hay textos en la pieza. ¿Hacen parte del famoso manifiesto de Valerie Solanas [Manifiesto SCUM] o los han escrito ustedes? ¿Qué papel juegan esos textos en el discurso general de la pieza?

Sofía: Los textos no los sacamos de la película, pero sí nos sirvieron de inspiración esos momentos en los que sale Valerie Solanas hablando sobre un fondo blanco. Ese fue el tono que quisimos darle a nuestros textos, que están escritos por el grupo, por Mariana, principalmente. Nosotras teníamos una preocupación en la pieza y era que no queríamos transmitir el mismo mensaje que entrega Valerie Solanas, de odio hacia los hombres; no queríamos irnos por ese lado, entonces fuimos cuidadosas en tomar lo que nos interesaba, pero sin que hubiera esa intención de choque contra los hombres. Mari puede explicar mejor la intención de sus textos, pero en la pieza hay un personaje, Juli, que escribe todo el tiempo en un cuaderno, y esto habla de la imposibilidad de una mujer de comunicar sus ideas.

Mariana: El personaje de Juli fue muy importante dentro de la pieza. Ella deja ver la imposibilidad de ser escuchada, de ser leída, pero, al mismo tiempo, Mariale y yo representamos la imposibilidad de expresarnos en otro cuerpo o habitar otro cuerpo. Así que ese cuaderno en que escribe Juli y que luego lee, según lo entiendo, nos contiene a las tres.

Rodrigo: ¿Cómo ha sido para ustedes traducir al movimiento un tema que fue primero pensado y discutido, digamos, a nivel teórico?

Sofía: Es un reto hablar con el cuerpo de temas tan específicos. El desafío está en que el cuerpo diga lo que uno quiere, que traduzca la narrativa que uno plantea en la cabeza. Uno empieza a hacer una investigación respecto a las cualidades de movimiento, respecto a lo que deberían hacer cada uno de esos cuerpos para comunicar lo que se quiere con cada personaje. En los procesos hay un reto, para mí, y es no incluir la palabra cuando se está embolatado… uno quiere que todo el mundo entienda lo que está sucediendo y ahí dice: “bueno, metámosle texto para que la gente entienda”. Creo que hay que alejarse de ese miedo, porque la puerta que uno debe abrir a través del cuerpo, más bien, es a la sensación, a que cada quien interprete lo que quiere, lo que puede ver en el cuerpo de los demás. La percepción que tú, Rodrigo, tuviste frente a la pieza puede ser muy distinta de la de cualquier otra persona. Ahí está la riqueza de la danza, en que transmite también a través de la sensación, y creo que eso es muy poderoso, porque es lo que hace que el espectador se sienta afectado por la pieza, se sienta identificado o no, le guste o no le guste, lo que sea. En todo caso, lo que diga el cuerpo no va a ser proporcional a lo que está pasando por nuestras cabezas, el cuerpo no va a estar siempre entrenado para decir exactamente lo que hay en el pensamiento, pero eso también hace hermosa la danza.

Rodrigo: Algo más, ¿por qué se contuvieron frente a la posibilidad de retransmitir el mensaje radical de Valerie Solanas, que propone el exterminio de los hombres? Digamos, es un mensaje extremista, pero también puede entenderse de manera simbólica…

Sofía: Bueno, estoy casi segura de que ninguna de las que hacemos parte de la pieza nos sentimos identificadas con este mensaje tan fuerte sobre los hombres. Estoy de acuerdo que también puede ser algo muy poético y poderoso, desde muchos ángulos, pero no queríamos que nadie se sintiera excluido a la hora de relacionarse con la pieza. No queríamos que nadie fuera a sentirse atacado por ser hombre. Queríamos propiciar un lugar inclusivo en el que pudiéramos hablar de la mujer con libertad, y no hablar de las mujeres a través de la relación con los hombres; mejor hablar de nuestros cuerpos, nuestras ideas, darle énfasis a la mujer y no retratar la lucha feminista como una confrontación con los hombres.

Rodrigo: ¿Cuándo vuelven a bailarla? La pieza surgió por una invitación puntual, ¿pero les queda el entusiasmo de seguirla moviendo?

Sofía: Sí, todo fue muy rápido, pero creo que es una pieza muy valiosa. Seguramente la moveremos.

Rodrigo: Vale, ¿algo más que falte por decir?

Sofía: Bueno, creo que esto ni siquiera lo dice la sinopsis, pero para mí fue importante que la película también hablara de Andy Warhol. Me pareció que ahí había una tercera inspiración. Teníamos la película, teníamos nuestro punto de vista, y Andy Warhol está por ahí en algún lugar, también influenciando algunas cosas. En la narrativa de la obra no lo mencionamos mucho, pero al final está este guiño que hacemos con las latas de sopa. Tal vez no sea lo primero que se entienda, pero para nosotras esto quiere mostrar el contexto de esa época, y lo que él planteaba, la reproducción de los cuerpos y de las imágenes… En torno a ese contexto también hicimos la curaduría musical, que es bien importante y le ha gustado mucho al público. Se trata de la música de Blondie, muchas canciones de su repertorio. Hay un énfasis importante en esa época…

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Este artículo ha sido escrito y publicado en el contexto del proyecto «el cuerpoeSpín en la escena 2023», con el apoyo de la Beca Estrategias Novedosas del Programa Distrital de Estímulos de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá.

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